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Julia Fullerton-Batten | Unliving | PhotoEspaña | 30 mayo – 27 julio 2013

“A house is not a home.”

David Byrne, “Glass, concrete and stone” del LP “Grown Backwards”

 

El living como cuarto de estar. Unliving como cuarto donde no se puede estar. Cuatro paredes que encierran un espacio en el que pasamos gran parte de nuestras existencias. En dos mil años hemos pasado de una vida nómada de exteriores a una dependencia sedentaria en los interiores. El miedo a presuntos peligros externos, las enfermedades modernas o las nuevas tecnologías son justificaciones/excusas para auto-confinarnos en nuestras casas. Grandes salones que no están hechos a escala humana se habitan por fuerzas invisibles que nos empujan hacia afuera. Una casa no es un hogar.

Living como traducción del verbo transitivo “Viviendo”. Unliving como su contrario: “Inviviendo”. Aún no aprendemos a sobrellevar los acontecimientos, cotidianos o singulares. Especialmente en periodos vitales de metamorfosis: el paso de la infancia a la adolescencia. Un hiato en el que no vivimos, sobrevivimos, infravivimos, experimentamos mutaciones y extrañezas que son más fuertes que nosotros. Un periodo en el que nos desdoblamos entre nuestro yo real y el yo que se ve reflejado en un espejo. La imagen dirige nuestro devenir en una lucha individual. A veces ganamos y nos independizamos de la propia imagen y otras somos capturados, pasamos al otro lado del espejo y jamás regresamos.

El cuerpo como metáfora de la casa. Una casa no es un hogar. La primera aceptación es hacía nosotros mismos, hacía nuestra piel, hacía nuestro hábitat. Nos desesperamos, una acción rutinaria, anecdótica, nos derrota y nos sume en la angustia. Dentro de la casa, no somos los únicos habitantes. Las denominadas “plantas de interior” que tenemos en nuestros cuartos de estar –living rooms– son un invento humano, un sarcasmo asumido y tolerado, una broma incongruente. Los elementos naturales decorativos se rebelan y quieren regresar a su origen silvestre, a la libertad. Nosotros como plantas de interior que vivimos en un cautiverio voluntario. Las personas reaccionamos de formas inesperadas, arbitrarias, absurdas. La vida nos supera. Nos convertimos en seres desvivientes. Vivimos/desvivimos protegidos dentro de una caja con agujeros. Desde uno de esos huecos Julia Fullerton-Batten dispara su cámara en el instante del arrebato.

Fullerton-Batten trabajó para la revista Vogue, donde aprendió el oficio de fotógrafa recreando escenarios para que pasaran como reales, y a modelos para que parecieran naturales. Pero muchas modelos posan como maniquíes invivientes. Modelos de vida que nos confunden. Quizás por eso en su trabajo artístico nunca trabaja con modelos profesionales. Busca una comunicación más real, más viva.

Comisario: Juan José Santos

Para recibir los materiales de la exposición (nota de prensa e imágenes) contacta con nosotros en el (+34) 91 429 17 34 o en info@camaraoscura.net